Laura Flores se siente dichosa y orgullosa de ser madre de cuatro hijos biológicos y adoptados. “La adopción te marca. A mí me ha marcado para bien. Es una decisión que tomé de amor, de entrega”, dice a People en Español la actriz mexicana. “En marzo, Alejandro cumple 10 años. Él llegó a casa de un año. Ana Sofía llegó de tres meses”, cuenta de sus hijos adoptivos. “Ya llevo nueve años de ser madre adoptiva. Estoy muy contenta, muy agradecida con Dios”.
Flores admite que le encantaría volver a adoptar. “Quisiera tener la capacidad de adoptar otra criatura en Siria, en México, en Estados Unidos, en China, pero no tengo la edad, no tengo la economía”, reconoce. “Los hijos necesitan algo que vale más que el dinero y todo el oro del mundo, que es tiempo”.
Flores también es madre biológica de María, de 18 años, y de Patricio, de 10. “Es una mujer independiente, fuerte. Ha crecido muy rápido. Me ha ayudado a cuidar a sus hermanos. Me siento muy orgullosa de ella. Ya se va a la Universidad de Texas. Siento que he cumplido mi misión con ella”, comparte Flores de su primogénita. Y añade sobre Patricio: “Le encanta la lectura, es muy avispado. A veces es travieso pero le gusta mucho la escuela”.
De su hija Ana Sofía, de ahora 8 años, a quien adoptó en Chihuahua, MX, relata: “Quiere ser médico. Es una niña de carácter fuerte. Siempre los hermanos menores son picositos”.
Y sobre Alejandro, a quien adoptó en Yucatán, MX, agrega: “Tiene déficit de atención. Estuvo siete meses a la deriva. No tuvo una buena atención antes de llegar al orfanato. Ahora que lo tengo yo, Alejandro va a pasos agigantados. Hoy es un niño que va bien en la vida. Hay que estar atrás de él para que haga la tarea, pero es muy buen niño”.
Flores, a quien pronto veremos en la serie La fan (Telemundo), recién viajó a Israel con su hija María para celebrar su cumpleaños número 18. “Israel es la cuna de las religiones, es una tierra santa y sagrada”, reconoce la actriz mexicana, quien dice que pertenece a la religión luterana. “Estuve sola en el Santo Sepulcro. No lo podía creer. No había un alma alrededor”.
Esta vivencia será inolvidable para su primogénita, asegura. “María ha puesto la mano donde Jesús la puso”, dice. “Ella ha podido absorber todo esto y ser testigo de la historia y también de los milagros, la gracia y el perdón”.
Source: Peopleespanol.com
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