Cómo ahorrar
Ahorrar es una tarea fácil de decir pero difícil de hacer. Todos saben que ahorrar es una actitud inteligente a largo plazo, pero de todas formas muchos tienen dificultad para lograrlo. Ahorrar no significa únicamente gastar menos dinero, si bien esto por sí solo también puede ser un reto. Los ahorradores inteligentes también deben considerar cómo gastar el dinero que sí tienen y cómo maximizar sus ingresos. Empieza mirando el paso 1 para aprender cómo establecer metas realistas, mantener tus gastos bajo control y obtener los mayores beneficios a largo plazo para tu dinero.
Parte 1 de 3: Ahorra con responsabilidad
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Primero págate a ti mismo. La manera más sencilla de ahorrar dinero consiste en primero asegurarse de nunca tener la posibilidad de gastarlo. Separa una parte de cada sueldo para depositarla directamente en una cuenta de ahorro o jubilación y así evitarás el estrés y el aburrimiento de tener que decidir cuánto dinero ahorrar y cuánto gastar cada mes. Básicamente, haciendo esto ahorrarás de forma automática y el dinero que guardes cada mes lo podrás utilizar de la forma que quieras. Con el tiempo, depositar aunque sea una pequeña parte de tu sueldo en tu cuenta de ahorros te será de mucho beneficio (sobre todo si tienes en cuenta los intereses), por lo tanto, debes comenzar lo antes posible para así obtener la máxima rentabilidad.
- Para gestionar la creación de un deposito automático, contacta al personal de nómina de tu empleo (o si tu empleador utiliza uno, tu servicio de nómina independiente). Si puedes brindar información de cuenta para una cuenta de ahorros separada de tu cuenta corriente básica, probablemente puedas crear un sistema de depósito directo sin ningún inconveniente.
- Si por alguna razón no puedes crear un deposito automático para tu sueldo (como por ejemplo, si trabajas de forma independiente o si te pagan principalmente en efectivo), elige una cantidad específica de dinero en efectivo para depositarla manualmente en una cuenta de ahorros cada mes e intenta apegarte a esta meta.
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Evita acumular deudas. Tener alguna deuda es algo inevitable. Esto se debe a que solo las personas verdaderamente adineradas tienen dinero suficiente como para comprar una casa mediante un solo pago, sin embargo, millones de personas pueden comprar sus casas pidiendo un préstamo y devolviendo el dinero de a poco. Más allá de esto, siempre que te encuentres en condiciones de evitar una deuda, hazlo. Pagar una suma de dinero de forma adelantada siempre es más económico a largo plazo que pagar un préstamo equivalente junto con los intereses acumulados en el tiempo.
- Si acceder a un préstamo es algo inevitable, trata de pagar el anticipo más grande que puedas. Mientras más grande sea la parte del préstamo que puedas pagar por adelantado, menos tardarás en pagar tu préstamo y menos dinero perderás en intereses.
- Si bien la situación financiera de cada persona es diferente, la mayoría de los bancos recomiendan que los pagos de las deudas representen aproximadamente un 10% de los ingresos antes de impuestos, aunque cualquier valor menor al 20% se considera aceptable. Un porcentaje del 36% se considera el “límite superior” para una cantidad de deudas razonable.[1]
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Establece metas de ahorro razonables. Es mucho más fácil ahorrar si sabes que tienes algo por lo cual hacerlo. Ponte metas de ahorro que estén dentro de tu alcance para motivarte a tomar aquellas decisiones financieras difíciles que son necesarias para ahorrar con responsabilidad. Para lograr metas serias como comprar una casa o jubilarse, podrías llegar a necesitar años o décadas. En estos casos, es importante controlar tu progreso con regularidad. Solo si das un paso hacia atrás y echas un vistazo al panorama general podrás comprender cuánto has avanzado y cuánto te queda por recorrer.
- Las metas grandes, como jubilarse, requieren mucho tiempo para lograrlas. En el tiempo que pasará hasta que alcances estas metas, los mercados financieros probablemente sean diferentes a los actuales. Antes de fijar tu meta, deberás dedicar algo de tu tiempo a investigar cómo se comportará el mercado en el futuro. Por ejemplo, si te encuentras en tus años de máximas ganancias anuales, la mayoría de los analistas financieros dicen que una persona necesita entre un 60% y un 85% de su ingreso anual actual para mantener su estilo de vida actual cada año que viva como jubilado.[2]
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Establece un marco temporal para tus metas. Fijar límites de tiempo ambiciosos (pero razonables) para lograr tus metas puede ser una herramienta motivacional muy útil. Por ejemplo, digamos que fijas la meta de tener una casa propia dentro de dos años a partir de hoy. En este caso, deberás investigar el costo promedio de una casa en la zona que deseas vivir y empezar a ahorrar para pagar el anticipo de la casa (como regla general, los anticipos normalmente no pueden ser inferiores al 20% del precio de compra de la casa).[3]
- Por lo tanto, en nuestro ejemplo, si una casa en la zona que buscas cuesta alrededor de $300.000, necesitarás conseguir al menos 300.000 × 20% = $60.000 en dos años. Esta podría ser una meta factible (o no), dependiendo de tu nivel de ingresos.
- Fijar plazos de tiempo es algo muy importante, en especial cuando se trata de metas a corto plazo. Por ejemplo, si necesitas cambiar el sistema de transmisión de tu coche, pero no puedes afrontar el gasto, deberás ahorrar el dinero necesario para pagar la reparación tan rápido como sea posible para que no te quedes sin forma de llegar al trabajo. Un plazo de tiempo ambicioso pero razonable puede ayudarte a cumplir esta meta.
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Mantén un presupuesto. Es fácil comprometerse a metas de ahorro ambiciosas, pero si no cuentas con una forma de hacer un seguimiento de tus gastos, descubrirás que es muy difícil cumplirlas. Para tener un seguimiento de tus avances financieros, intenta hacer un presupuesto de tus ingresos al principio de cada mes. Asignar una parte de tus ingresos para todos tus gastos importantes de forma anticipada puede ser útil para asegurarte de que no desperdicies dinero, sobre todo si divides cada sueldo en función de tu presupuesto tan pronto como lo recibes.
- Por ejemplo, sobre un ingreso de $3.000 mensual, es posible establecer el siguiente presupuesto:
- Vivienda/utilidades: $1.000
- Préstamos para estudiantes: $300
- Alimentos: $500
- Internet: $70
- Gasolina: $150
- Ahorros: $500
- Gastos varios: $200
- Lujos: $280
- Por ejemplo, sobre un ingreso de $3.000 mensual, es posible establecer el siguiente presupuesto:
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Registra tus gastos. Mantener un presupuesto ajustado es algo indispensable para cualquier persona que pretenda ahorrar, pero si no realizas un seguimiento de tus gastos, podrías descubrir que es muy difícil seguir tus metas. Contar con un registro de tus distintos tipos de gastos mensuales puede ayudarte a identificar las áreas “problemáticas” y ajustar tus hábitos de gasto para ajustarte a tu presupuesto. Sin embargo, para llevar un seguimiento de tus gastos deberás estar muy atento a los detalles. Si bien todos deben registrar sus gastos importantes como el pago de la vivienda y las deudas, el nivel de atención que debes dedicar a los gastos menores normalmente aumenta dependiendo de la complejidad de tu situación financiera.
- Puede ser útil que lleves una pequeña libreta contigo a todos los lugares que vayas. Adquiere el hábito de registrar cada gasto y guardar tus recibos (especialmente para tus compras importantes). Siempre que puedas, anota tus gastos en un cuaderno o en un programa de hojas de cálculo para poder mantener registros a largo plazo.
- Ten en cuenta que hoy en día existen cientos de aplicaciones que puedes descargar para tu teléfono y pueden ayudarte a mantener un seguimiento de tus gastos (muchas son gratuitas).
- Si tienes problemas de gastos serios, no tengas miedo de guardar cada uno de tus recibos. A fin de mes, divide tus recibos en categorías y luego contabiliza cada una. Quizás te sorprendas al ver cuánto dinero gastas en cosas que son irrelevantes.
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Comienza a ahorrar tan pronto como puedas. El dinero que guardas para tu futuro en una cuenta de ahorros normalmente acumula intereses a una tasa de porcentaje fijo. Mientras más tiempo permanezca tu dinero en una cuenta de ahorros, más intereses acumularás. Por lo tanto, es recomendable que empieces a ahorrar tan pronto como puedas. Incluso aunque solo puedas destinar una cantidad muy pequeña a tus ahorros cada mes durante tu juventud, hazlo de todas maneras. Las cantidades de efectivo relativamente pequeñas depositadas en una cuenta que produzca intereses durante largos periodos de tiempo pueden acumular una cantidad de dinero de varias veces su valor inicial.
- Por ejemplo, digamos que, trabajando en un empleo mal remunerado durante tu juventud, con el tiempo llegas a ahorrar $10.000 y depositas ese dinero en una cuenta de alta rentabilidad con una tasa de interés anual del 4%. Luego de 5 años, esto te dejará una ganancia de aproximadamente $2.166,53. Sin embargo, si hubieses depositado este dinero un año antes, hubieses obtenido $500 más sin realizar ningún esfuerzo adicional. Una suma pequeña, pero para nada insignificante.
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Considera contribuir a una cuenta de jubilación. Si aún eres joven, enérgico y saludable, jubilarse parece algo tan lejano que ni siquiera vale la pena pensar en ello. Pero si eres más grande y ya empezaste a perder vigor, el retiro podría ser lo único en lo que piensas. A menos que seas uno de los pocos afortunados que esperan heredar una gran riqueza, ahorrar para la jubilación es algo en lo que tendrás que pensar una vez que establezcas una carrera estable. Cuanto más pronto, mejor. Como se señaló anteriormente, si bien todos viven una situación diferente, es aconsejable planificar un porcentaje del 60-85% de tu ingreso anual disponible para mantener tu forma de vida actual por cada año que estés jubilado.
- Si aún no lo has hecho, habla con tu empleador acerca de la posibilidad de contribuir a un plan 401(k). Estas cuentas de jubilación te permiten depositar de forma automática una cantidad determinada de cada sueldo a la cuenta, lo que facilita mucho el ahorro. Además, el dinero que depositas en una cuenta 401(k) normalmente no está sujeto a los mismos impuestos que el resto del dinero de tu sueldo. Por último, muchos empleadores ofrecen programas de vinculación proporcionales junto con sus servicios 401(k), lo que significa que vincularán un porcentaje determinado de cada pago.
- A partir del año 2014, la cantidad máxima de dinero que puedes depositar en un plan 401(k) por año es de $17.500. [4]
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Haz investigaciones del mercado de valores con cautela. Si has ahorrado con responsabilidad y tienes algo de dinero extra a tu disposición, invertir en el mercado de valores puede ser una oportunidad lucrativa (pero riesgosa) de ganar dinero. Antes de invertir en acciones, es importante que comprendas que el dinero que inviertes en el mercado de valores podría ser irrecuperable, sobre todo si no sabes lo que haces. Por lo tanto, no uses esto como un método para ahorrar a largo plazo. En cambio, debes ver el mercado de valores como una posibilidad de hacer apuestas inteligentes con dinero que puedes permitirte perder. En general, la mayoría de las personas no necesitan invertir en el mercado de valores para poder ahorrar de manera responsable para su jubilación.[5]
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No te desanimes. Cuando uno experimenta problemas para ahorra dinero, es fácil asustarse. Tu situación quizás parezca imposible de superar; quizás creas que no hay forma de ahorrar el dinero necesario para cumplir tus metas a largo plazo. Sin embargo, sin importar con lo poco que empieces, siempre existe la posibilidad de comenzar a ahorrar. Mientras antes empieces, antes estarás en el camino indicado para lograr la seguridad financiera.
- Si te encuentras desanimado por tu situación financiera, considera contactar a algún servicio de asesoramiento financiero. Estas agencias, las cuales normalmente operan de forma gratuita o a un costo muy bajo, fueron creadas para ayudarte a comenzar a ahorrar para que así puedas cumplir tus metas financieras. La Fundación Nacional para el Asesoramiento Crediticio, una organización sin fines de lucro, es un gran lugar para comenzar. [6]
Parte 2 de 3: Reduce tus gastos
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Elimina los lujos de tu presupuesto. Si tienes problemas para ahorrar dinero, es prudente comenzar con esto. Muchos de los gastos que las personas dan por sentado en realidad no son esenciales. Eliminar los gastos en lujos es un gran primer paso para mejorar tu situación financiera ya que esto no repercutirá de manera significativa en tu calidad de vida ni en tu habilidad para realizar tu trabajo. Si bien puede ser difícil imaginar una vida sin un coche ostentoso y una suscripción de televisión por cable, podrías llegar a sorprenderte de cuán fácil es vivir sin estas cosas una vez que las quitas de tu vida. A continuación nombramos algunas formas sencillas de reducir tus gastos en cosas lujosas.
- Cancela la suscripción a los servicios de televisión o Internet.
- Cambia a un servicio de telefonía más económico.
- Vende tu coche caro por uno que tenga un consumo de combustible más eficiente y un costo de mantenimiento menor.
- Vende cualquier dispositivo electrónico que ya no utilices.
- Compra ropa y muebles para el hogar en tiendas de segunda mano.
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Busca una vivienda más barata. Para la mayoría de las personas, los costos relacionados con la vivienda constituyen el gasto más grande en sus presupuestos. Por este motivo, ahorrar parte del dinero destinado a pagar la vivienda te permitirá destinar una gran parte de tus ingresos a otras actividades importantes, por ejemplo, ahorrar para tu jubilación. Si bien no siempre es sencillo cambiar tu situación de vida, debes examinar con detalle los gastos relacionados con tu vivienda en caso de que tengas problemas para equilibrar tu presupuesto.
- Si alquilas, quizás puedas intentar negociar con el propietario de la casa para conseguir un mejor precio. Debido a que la mayoría de los propietarios quieren evitar el riesgo que implica buscar nuevos inquilinos, es posible que puedas conseguir un mejor precio, sobre todo si tienes una buena relación con el propietario. De ser necesario, pregúntale si desea que realices algún trabajo (como jardinería o mantenimiento de la casa) a cambio de una renta más barata.
- Si te encuentras pagando una hipoteca, habla con tu prestamista acerca de un refinanciamiento de tu préstamo. Quizás puedas lograr un mejor trato si es que te encuentras en una buena posición. Cuando negocies el refinanciamiento, intenta mantener el plan de pagos tan corto como sea posible.
- También podrías considerar mudarte a un mercado inmobiliario más económico. Según un estudio reciente, los mercados inmobiliarios más baratos en Estados Unidos se encuentran en Detroit (Michigan), el condado de Lake (Michigan), Cleveland (Ohio), Palm Bay (Florida) y Toledo (Ohio).[7]
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Busca alimentos más económicos. Muchas personas gastan mucho más de lo necesario en comida. Si bien es fácil olvidarse de ahorrar cuando estás masticando una comida gourmet en tu restaurante favorito, los gastos relacionados con la comida pueden llegar a ser muy grandes si permites que se salgan de control. En general, comprar al por mayor es más económico a largo plazo que comprar pequeñas cantidades de comida. Si tus gastos alimenticios son muy altos, considera conseguir una membresía en algún distribuidor minorista como Costco. Comprar porciones de comida individuales en restaurantes es la opción más cara de todas, por lo tanto, para ahorrar debes hacer un esfuerzo por comer en tu casa y evitar salir.
- Elige alimentos baratos y nutritivos. En vez de comprar comida ya preparada o procesada, intenta buscar comida fresca y recorre el pasillo de verduras en tu almacén local. ¡Quizás te sorprenda lo barato que es comer sano! Por ejemplo, el arroz integral, una comida muy nutritiva y que seguramente satisfará tu apetito, se puede encontrar en grandes paquetes de 9 kilogramos por menos de dos dólares el kilogramo.
- Aprovecha los descuentos. Muchas tiendas de comestibles (sobre todo las cadenas grandes) entregan cupones y descuentos al momento de llegar a la caja registradora. ¡No los desperdicies!
- Si sales a comer con frecuencia, detente. Por lo general es mucho más barato cocinar algo en casa que pedir un plato equivalente en un restaurante. Cocinar tu comida de forma regular también te enseña una valiosa habilidad que puedes utilizar para entretener a tus amigos, satisfacer a tu familia e incluso atraer intereses románticos.
- Si tu situación es muy grave, no tengas miedo de sacar ventaja de los recursos alimenticios gratuitos. Los bancos de alimentos, los comedores y refugios brindan comida gratuita a quienes la necesitan. Si necesitas ayuda, contacta a tu departamento de servicios sociales local para obtener más información.
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Reduce el consumo energético. La mayoría de las personas aceptan el precio en su factura de servicios mensuales sin ninguna queja. De hecho, es posible reducir considerablemente el uso de energía (y por lo tanto, la factura mensual) con solo seguir unos simples pasos. Estos trucos son tan sencillos que prácticamente no existe razón para evitarlos si deseas ahorrar dinero. Y lo mejor de todo es que reducir la cantidad de energía que usas también reduce la cantidad de contaminación que produces indirectamente, minimizando el impacto producido sobre el ambiente.
- Apaga las luces cuando no estés cerca. No hay razón para dejar las luces prendidas si no estás en la habitación (o en la casa), por lo tanto, apágalas cuando te vayas. Si te cuesta recordarlo, intenta dejar una nota adhesiva en la puerta.
- Evita usar calefacción o aire acondicionado a menos que no quede otra opción. Para mantenerte fresco, abre una ventana o usa un pequeño ventilador personal. Para mantenerte caliente, usa muchas capas de ropa, una manta o un calentador ambiental.
- Invierte en un buen aislamiento. Si no puedes darte el lujo de pagar un gran proyecto de mejoras en tu hogar, reemplazar el aislamiento viejo y con fugas de tus paredes por un aislamiento moderno de alta eficiencia podría ayudarte a ahorrar dinero a largo plazo al evitar que el aire interno (caliente o frío) de tu casa se escape.
- Si puedes hacerlo, invierte en paneles solares. A modo de inversión seria en tu futuro (y también en el del planeta), los paneles solares son la mejor opción. Si bien su costo inicial puede ser muy alto, la tecnología solar se vuelve más barata cada año.
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Usa métodos de transporte más económicos. Poseer, mantener y hacer funcionar un coche son tareas que consumen una gran parte de tus ingresos. Dependiendo de cuánto manejes, el combustible podría costarte cientos de dólares por mes. Además de esto, al tener un coche también tendrás que afrontar gastos por los derechos de la licencia y por mantenimiento. En lugar de conducir, usa una alternativa más barata (o incluso gratuita). Esto no solo te ahorrará dinero, sino que también te permitirá tener tiempo extra para ejercitarte y reducir el estrés de tu viaje diario al trabajo.
- Investiga las opciones de transporte público disponibles en tu localidad. Dependiendo de dónde vivas, podrías tener a tu disposición una variedad de opciones baratas para el transporte público. La mayoría de las grandes ciudades cuentan con metros o líneas de tranvías que entran y salen de la ciudad, mientras que las ciudades de tamaño medio suelen tener sistemas de autobuses o trenes a tu disposición.
- Considera la opción de ir caminando o en bicicleta al trabajo. Si vives lo suficientemente cerca de tu lugar de trabajo para que esto sea algo factible, ambas alternativas son excelentes para llegar al trabajo de manera gratuita y al mismo tiempo te permiten tomar aire fresco y ejercitarte.
- Si viajar en coche es algo inevitable, considera usarlo de forma compartida. De esta manera podrás compartir los gastos de combustible y mantenimiento con las personas que viajen en el coche. Además, tendrás alguien con quien hablar durante tu viaje al trabajo.
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Diviértete de forma económica (o gratuita). Si bien reducir tus gastos personales puede implicar quitar los lujos frívolos de tu vida, no necesariamente tienes que dejar de divertirte si quieres ahorrar. Cambiar tus hábitos de ocio y actividades recreativas por unas más asequibles te permitirá lograr el balance perfecto entre diversión y responsabilidad. ¡Podrías quedar sorprendido por toda la diversión que puedes tener por solo unos cuantos dólares si eres ingenioso!
- Mantente al día sobre los eventos de la comunidad. Hoy en día, la mayoría de los pueblos y ciudades cuentan con calendarios de eventos en la web donde podrás encontrar los próximos eventos en tu zona. A menudo, los eventos organizados por el gobierno local o las asociaciones de vecinos son muy baratos y en algunas ocasiones gratuitos. Por ejemplo, en una ciudad de tamaño medio, con frecuencia es posible asistir a exposiciones de arte gratuitas, ver películas en un parque local o ir a reuniones de la comunidad financiadas mediante donaciones.
- Lee. Comparados con las películas y los videojuegos, los libros son más baratos (sobre todo si los compras en una librería de libros usados). Los libros buenos pueden ser absolutamente cautivadores, permitiéndote experimentar la vida a través de los ojos de personajes interesantes o aprender cosas nuevas que de otra forma nunca hubieses descubierto.
- Disfruta de actividades económicas con tus amigos. Prácticamente no hay límite para la cantidad de cosas que requieren poco o incluso nada de dinero y que puedes hacer con tus amigos. Por ejemplo, puedes dar una caminata, jugar un juego de mesa, mirar películas en algún cine de películas antiguas a bajo precio, recorrer partes de tu ciudad a las cuales nunca hayas ido o practicar algún deporte.
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Evita las adicciones costosas. Algunos malos hábitos pueden poner un gran freno a tus esfuerzos por ahorrar. En los peores escenarios, estos hábitos pueden convertirse en adicciones serias que prácticamente son imposibles de superar sin ayuda. Y peor aún, muchas de estas adicciones pueden ser extremadamente peligrosas para tu salud a largo plazo. Ahórrale a tu cartera (y a tu cuerpo) el problema de tener que atravesar por alguna de estas adicciones evitándolas desde un primer momento.
- No fumes. En la actualidad, los efectos nocivos del consumo de tabaco son muy conocidos. Fumar puede traer problemas serios como cáncer de pulmón, enfermedades del corazón, derrame cerebral y una gran variedad de enfermedades graves.[8] Además de esto, los cigarrillos son caros; dependiendo de dónde vivas, pueden costar hasta $14 el paquete. [9]
- No bebas en exceso. Si bien tomar una o dos copas con tus amigos no te hará daño, el consumo excesivo de alcohol puede causarte serios problemas a largo plazo, como una enfermedad hepática, deterioro cognitivo, sobrepeso, delirio e incluso la muerte.[10] Además, tener adicción al alcohol puede implicar una carga financiera muy grande.
- No pruebes las drogas adictivas. Las drogas como la heroína, la cocaína y la metanfetamina son extremadamente adictivas y pueden generar una variedad de efectos muy nocivos (incluso letales) a tu salud y además suelen ser mucho más caras que el alcohol y el tabaco. Por ejemplo, el cantante de música country Waylon Jennings en un momento llegó a gastar $1500 por día debido a su adicción a la cocaína.[11]
- Si necesitas ayuda para superar una adicción, no dudes en contactarte con alguna línea telefónica directa que trate la adicción.
Parte 3 de 3: Gasta tu dinero de forma inteligente
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Primero gasta tu dinero en las cosas que sean absolutamente esenciales. Cuando se trata de gastar dinero, existen ciertas cosas de las cuales nadie puede prescindir. Estas cosas (a saber, comida, agua, vivienda y ropa) son tu primera prioridad cuando se trata de gastar tu efectivo. Obviamente, si te quedas sin hogar o pasas hambre, se vuelve muy, muy difícil cumplir el resto de tus metas financieras, por lo tanto, debes asegurarte de contar con el dinero suficiente como para cubrir estos requerimientos mínimos antes de gastar dinero en cualquier otra cosa.
- Sin embargo, solo porque las cosas como la comida, el agua y un refugio para vivir son cosas importantes no necesariamente significa que debes derrochar dinero en ellas. Por ejemplo, disminuir la cantidad de veces que comes fuera de tu casa es una manera sencilla de reducir drásticamente tus gastos de alimentación. De la misma forma, mudarse a una zona con casas o alquileres más baratos es una gran manera de gastar menos dinero en tu vivienda.
- Dependiendo de dónde vivas, los gastos de vivienda pueden ocupar una gran parte de tus ingresos. En general, la mayoría de los expertos desaconsejan aceptar cualquier contrato de vivienda que tenga un costo superior a un tercio de tus ingresos.[12]
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Ahorra para un fondo de emergencia. Si aún no tienes un fondo de emergencia con suficiente dinero para sobrevivir en caso de que pierdas tus ingresos de forma repentina, empieza a contribuir en uno de inmediato. Tener una cantidad de dinero razonable acumulada en una cuenta de ahorros segura te brinda la libertad para solucionar tus asuntos con comodidad en caso de que pierdas tu empleo. Luego de los gastos destinados a las cosas esenciales, debes dedicar una parte de tus ingresos a la creación de una cuenta de ahorros hasta que tengas el dinero necesario como para cubrir aproximadamente entre 3 y 6 meses de gastos de manutención.
- Ten en cuenta que los gastos de manutención pueden variar mucho en función de la situación financiera local. Si bien es posible sobrevivir con $1.500 durante algunos meses en ciudades como Detroit o Phoenix, es probable que este monto no sirva ni para pagar un mes de alquiler en un apartamento barato en la ciudad de Nueva York. Si vives en una zona costosa, naturalmente, tu fondo de emergencia tendrá que ser más grande.
- Además de brindarte la paz mental de saber que todo estará bien en caso de que tengas dificultades en tu vida, tener un fondo de emergencia también puede hacerte ganar dinero a largo plazo. Si pierdes tu empleo y no tienes un fondo de emergencia, quizás te veas forzado a aceptar el primer trabajo que encuentres, incluso aunque no te paguen bien. Por otro lado, si puedes sobrevivir sin trabajo por un tiempo, puedes darte el lujo de ser mucho más selectivo y probablemente puedas conseguir un trabajo mejor remunerado.
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Próximo paso: pagar tus deudas. Si no las controlas, las deudas pueden desbaratar todos tus esfuerzos por ahorrar. Si solo te enfocas en cubrir los pagos mínimos de tus deudas, terminarás pagando mucho más en impuestos que si hubieses pagado con anterioridad. Ahorra dinero a largo plazo dedicando una buena parte de tus ingresos al pago de las deudas para que puedas cancelarlas tan pronto como sea posible. Como regla general, pagar primero los préstamos que tengan mayores intereses es la forma más efectiva de gastar tu dinero.
- Una vez que hayas logrado cubrir tus gastos esenciales y construir un fondo de emergencia de un tamaño razonable, puedes dedicar con seguridad prácticamente todo los ingresos restantes para cancelar tus deudas. Por otro lado, si no cuentas con un fondo de emergencia, probablemente tengas que dividir tu ingreso adicional para que puedas destinar una parte al pago de tus deudas mensuales y la otra a tu fondo de emergencia.
- Si tienes deudas de muchas fuentes diferentes y tu situación es grave, intenta unificar tus deudas. Quizás puedas pagar todas tus deudas mediante un único préstamo con una tasa de interés muy baja. Sin embargo, si haces esto debes considerar que el plan de pagos para este tipo de préstamos puede tener una duración superior al que tenían tus deudas iniciales.
- También podrías intentar negociar directamente con tu prestamista en busca de una tasa de interés más baja. Tu prestamista seguramente no tiene la intención de dejarte caer en bancarrota, por lo tanto, quizás esté de acuerdo en ofrecerte una tasa de interés menor para que puedas pagar el préstamo.
- Para obtener más información, lee el artículo Cómo salir de las deudas.
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Ahora guarda tu dinero. Si ya creaste un fondo de emergencia y pagaste todas (o casi todas) tus deudas, probablemente sea conveniente que empieces a destinar tu dinero adicional a una cuenta de ahorros. El dinero que depositas de esta forma es diferente al que se encuentra en tu fondo de emergencia. Mientras que el dinero que se encuentra en tu fondo de emergencia no se debe utilizar a menos que sea absolutamente necesario, tus ahorros normales están disponibles para realizar compras grandes e importantes, como la reparación del coche que usas para ir al trabajo. Sin embargo, en general debes evitar usar tus ahorros para que, con el tiempo, tus ahorros totales crezcan. De ser posible, intenta destinar al menos un 10 o 15% de tu ingreso mensual a tus ahorros a partir de los 20 años. Muchos expertos aseguran que esta es una meta muy saludable. [13]
- Cuando recibes un pago, puede ser tentador hacer inmediatamente una compra impulsiva. Para evitar esto, deposita tus ahorros en tu cuenta tan pronto como recibas el dinero. Por ejemplo, si intentas ahorrar un 10% de tu ingreso y recibes un pago de $710,68, inmediatamente deposita el 10% (hazlo moviendo la coma decimal un espacio hacia la izquierda), es decir, $71,07. Esta práctica puede ayudarte a evitar gastos innecesarios y a acumular una buena cantidad de dinero con el paso de los años.
- Una idea aún mejor es automatizar todas las partes del proceso de ahorro que puedas para que ni siquiera sientas la tentación de gastar tu dinero. Por ejemplo, habla con tu empleador acerca de la creación de un sistema de depósito automático a través de tu banco o mediante una aplicación de terceros. De esta forma, podrás transferir la cantidad que desees o un porcentaje de cada sueldo a una cuenta corriente o de ahorros sin tener que realizar ningún esfuerzo adicional.
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Siguiente paso: gasta tu dinero en cosas prescindibles, pero beneficiosas. Si después de haber dedicado una cantidad razonable de tu ingreso a tu cuenta de ahorros cada mes, aún te queda algo de dinero, debes considerar hacer algunas inversiones en cosas no esenciales que puedan mejorar tu productividad, tu potencial de ingresos y tu calidad de vida a largo plazo. Si bien este tipo de adquisiciones no son esenciales de la misma forma en que lo son la comida, el agua y la vivienda, son elecciones inteligentes a largo plazo que podrían dar lugar a beneficios con el paso del tiempo.
- Por ejemplo, comprar una silla ergonómica para sentarte mientras trabajas no es algo absolutamente indispensable, pero es una elección inteligente a largo plazo ya que te permite trabajar más mientras minimizas tu dolor de espalda (lo cual, casualmente, puede ser algo costoso de tratar si se convierte en un problema serio). Otro ejemplo es reemplazar el viejo y molesto calentador de agua. Mientras que el calentador viejo puede bastar a corto plazo, comprar uno nuevo te evitará los gastos de reparación que hubieses tenido que afrontar si el calentador viejo se rompía, por lo cual ahorrarás dinero a largo plazo.
- Otros ejemplos incluyen compras que te permitan llegar a tu trabajo de forma más económica, como el abono anual o mensual para el transporte público, herramientas que te permitan trabajar de forma más efectiva, como auriculares para el teléfono en caso de que tengas un trabajo en el que tengas que usar tus manos o compras que faciliten tu trabajo, como inserciones de gel en tus zapatos que te permitan mejorar tu postura.
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Y por último, los lujos. Ahorrar no se trata únicamente de tener una vida dura y de escasez. Cuando hayas cancelado tus deudas, creado un fondo de emergencia y gastado dinero en compras inteligentes que den beneficios a largo plazo, está BIEN gastar algo de dinero en ti mismo. Gastar en lujos de forma sana y responsable es una forma de mantenerse sano mientras trabajas duro, por lo tanto, no temas hacer una celebración por lograr acomodar tu situación financiera con una compra lujosa pero razonable.
- Los lujos incluyen cualquier cosa que no sea un bien o servicio esencial y proporcionan pequeños (o nulos) beneficios a largo plazo. Esta amplia categoría incluye cosas como salidas a restaurantes costosos, vacaciones, coches nuevos, televisión por cable, dispositivos costosos y muchas cosas más.
Source: http://es.wikihow.com/ahorrar
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