Los que tenéis niños en casa, sabéis perfectamente los milagros que obran los rebozados o los empanados. No es lo mismo comer una pechuga de pollo sin más, que una pechuga de pollo rebozada, ¿verdad que no?. Tampoco hace falta…
Los que tenéis niños en casa, sabéis perfectamente los milagros que obran los rebozados o los empanados. No es lo mismo comer una pechuga de pollo sin más, que una pechuga de pollo rebozada, ¿verdad que no?. Tampoco hace falta…
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