“The experience of growing up online”
(Gary Hamel)
En un artículo en The Wall Street Journal, Gary Hamel se refiere a la “Generación Facebook“ como aquellos jóvenes que viven la experiencia de crecer en línea.
La nota plantea una reflexión orientada al mundo laboral y pone en jaque el ambiente y la gestión tradicional de las organizaciones frente a las expectativas de una nueva generación con “realidades post-burocráticas” que espera un “entorno social de trabajo que refleje el contexto social de la web y no, como sucede ahora, la web burócrata de mediados del siglo XX”.
La lista de 12 aspectos principales de la vida en línea que propone Hamel no se restringe al ámbito laboral, sino que resulta sumamente interesante leerlas desde una mirada educativa para comprender a las nuevas generaciones y revisar si nuestras instituciones educativas ofrecen un escenario acorde.
- Todas las ideas compiten en igualdad de condiciones. En la web las ideas adquieren seguidores por sus propios méritos y no por el poder político de quienes las sostienen.
- La contribución prevalece frente a los títulos académicos. En la web no es necesario ser cineasta para subir un video a You Tube o periodista para publicar en un blog. Lo que cuenta es la contribución.
- Las relaciones de jerarquía son naturales y no se imponen. La web asigna autoridades de manera natural según el tipo de participación.
- Los líderes sirven en lugar de presidir. En la web se obtiene liderazgo a través del uso de argumentos creíbles, capacidad y actitud desinteresada.
- Las tareas se eligen, no se asignan. En la web los usuarios son independientes, eligen trabajar en lo que les interesa y publican o contribuyen cuando lo desean.
- Los grupos se autodefinen y organizan. En la web existe la posibilidad de elegir los contactos y compañeros de trabajo según los intereses comunes.
- Los recursos se atraen, no se adjudican. En la web, el esfuerzo humano tiende hacia ideas y proyectos atractivos y se aleja de los que no los son. Los individuos deciden en cada momento donde invertir tiempo y ocupar su atención.
- El poder proviene de compartir la información, no de atesorarla. En la web hay muchos incentivos para compartir y pocos para acumular.
- Las opiniones y las decisiones son revisadas por pares. En Internet las ideas inteligentes atraen seguidores sin importar lo disruptivas que sean. La web es el medio perfecto para la sabiduría de la multitud (ya sean ideas formalmente organizadas o espacios informales de opinión). Ideas que además pueden interpelar al mundo offline.
- Los usuarios pueden vetar la mayoría de las decisiones políticas. En la web, los usuarios online rápidamente pueden atacar decisiones políticas si estas se muestran contrarias a los intereses de la comunidad. La única forma de mantener leales a los usuarios es otorgarles poder en la toma de decisiones.
- La recompensa intrínseca es lo que importa. En la web los usuarios brindan horas de tiempo voluntario compartiendo, opinando, dando consejos, aportando en Wikipedia de manera gratuita y por su recompensa intrínseca.
- Los héroes son los hackers. En las grandes organizaciones no hay lugar para los agitadores, en la web se festejan a los transgresores que aporten a la comunidad.
Las 12 características que constituyen el ADN Social de la Generación-F, exigen a los empleadores crear nuevos ambientes de trabajo y una forma de gestión acorde, pero además la Generación F, interpela de la misma manera a la escuela:
Una escuela que se ha constituido rígida, asimétrica y jerarquizada, en la que los adultos/docentes constituyen la autoridad intelectual/moral, y los libros son la única fuente de saber, donde prevalece la palabra autorizada y se impone la norma frente a la diferencia, donde se fuerzan consensos frente al disenso, se absorven los desajustes y suprimen las ideas disruptivas. Una escuela melancólica del pasado, arraigada a la tradición, aferrada a la autoridad y temerosa ante el cambio y la innovación.
Sin duda una escuela incapaz de recibir a la Generación F que describe Gary Hamel, y que se convierte en una realidad offline alejada, contradictoria, sin sentido, inconsistente, e irrelevante a la que muchos niños llegan (o caen!) cuando se desconectan de sus vidas online.
Así, la transformación de la escuela se convierte en una tarea fundamental que debemos iniciar principalmente mirando a las nuevas generaciones.
Fuente: Material publicado originalmente en The Wall Street Journal, reseñado en el blog Bibliotecarios 2.0 y compartido en Facebook por Germán Echeverría.
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