La rinoplastia, cirugía estética de nariz

 

rinoplastia

Surge una nueva técnica para la rinoplastia, un campo estético al que apenas han llegado innovaciones en los dos últimos años. Se trata de una nueva forma de operación que se encuentra a medio camino entre las dos técnicas empleadas hasta ahora, la rinoplastia abierta y la cerrada. De esta forma, se reducen las secuelas postoperatorias y se consiguen resultados más naturales.

La rinoplastia, una de las operaciones de cirugía estética más demandadas, se renueva por primera vez en veinte años gracias a una nueva e innovadora técnica, que permite reducir la fase postoperatoria. Su nombre es rinoplastia cerrada-abierta y consigue que “pasados tres o cuatro meses tras la intervención,  se pueda valorar el resultado final”, asegura Francisco Gómez Bravo, quien innova en un campo que se ha convertido en la segunda intervención estética masculina y la cuarta en el caso de la mujer.

 

La rinoplastia tradicional es la considera cerrada, aquella en la que las cicatrices quedan por dentro de la región nasal. En casos más complejos que exigen unos resultados más precisos, es necesaria la llamada rinoplastia abierta, que obliga al médico a realizar una incisión en la base de la nariz.

 

“Durante años ha existido una gran controversia en círculos médicos por la aparición de la técnica abierta por el rechazo frontal de aquellos con una postura más clásica -explica Gómez Bravo-, y es que no es recomendable para ciertos pigmentos de piel y, a veces, puede tener como resultado una cicatriz escalonada”.

 

Lo que defiende ahora Gómez Bravo es una técnica mixta con la que lograr las ventajas de ambas formas de abordar esta operación. Así, por un lado se evita la cicatriz visible tras la intervención, y por otro se consigue la precisión de la rinoplastia abierta.

 

VENTAJAS DE LA TÉCNICA MIXTA

 

Para ello, se realizan incisiones mucho menos visibles en la base central de la nariz –“los llamados tres centímetros más polémicos de la cirugía plástica”, matiza Gómez Bravo-, ya que en este caso tienen lugar en la parte inferior de ambas alas nasales.

 

Este tipo de técnica está prescrita para aquellos casos que exigen una evaluación pormenorizada de la anatomía nasal, para corregir desviaciones severas, reducir el tamaño de las alas nasales o de su punta, sin olvidar las reintervenciones que mejoren rinoplastias anteriores.

 

De esa forma, los tiempos de recuperación se reducen y sólo es precisa una noche de ingreso hospitalario. “El tiempo medio de recuperación tras la intervención es de una semana y la reincorporación a la vida laboral se realiza al cabo de unos diez días aproximadamente. Cualquier hematoma surgido por la intervención comienza a remitir considerablemente en ese periodo de tiempo y suele desaparecer casi por completo a la tercera semana”.

 

El resultado final “es de gran naturalidad y es rara la necesidad de reintervención o retoque”, afirma el cirujano, perteneciente al equipo médico de la clínica Ruber y del hospital 12 de Octubre en Madrid, además de docente en la Universidad Complutense de Madrid.

 

POSTURAS MÉDICAS AVANZADAS

 

Siempre avanzado en sus posturas médicas, Gómez Bravo ya se posicionó a favor de los transplantes faciales años antes de que llegara a realizarse el primero de ellos, que tuvo lugar a finales de 2005, a una mujer francesa que había perdido su nariz, labios y mentón al ser atacada por un perro.

 

El cirujano solicitó hace cinco años al Comité de Ética, a la Organización Médica Colegial y a la Organización Nacional de Trasplantes de España, que se posicionaran acerca de las implicaciones deontológicas de los trasplantes faciales de donante fallecido, al considerar ya en ese momento que, técnicamente, eran viables .

 

Estos avances son más que relevantes en España, que es el primer país europeo en operaciones de cirugía estética con alrededor de 400.000 en el último año y un gasto medio de unos 2.500 dólares, según apunta la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE). Además, la cifra de operaciones, hasta el momento, crece a un ritmo del 8% anual.

 

En Latinoamérica, son Brasil y México los dos países que están a la cabeza de intervenciones de cirugía estética. Los costes de las operaciones de una rinoplastia pueden alcanzar los 145 dólares en un centro público y hasta los 4.826 dólares si es privado.

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