Hablábamos de los niños sonámbulos, en la infancia son muchas las alteraciones del sueño que presentan los niños.
Hablamos ahora de los terrores nocturnos, los episodios de terrores nocturnos son muy comunes en la infancia. Los niños, entre los 2,5 y los 4 años presentan episodios de terrores nocturnos que disminuyen a medida que van creciendo.
Los estudios indican que un 10% de los niños tienen este tipo de alteraciones del sueño que son más frecuentes entre los niños varones.
Son repentinos y se caracterizan por episodios en los que el niño chilla, grita y llora aterrorizado, emitiendo frases sin sentido y sin que ninguna de las técnicas que los padres empleen parezca hacer efecto alguno y, en ocasiones, hasta las palabras de aliento pueden empeorar la situación.
Algunos niños se golpean y cuando se despiertan no recuerdan nada de lo ocurrido. Existe una base genética asociada al género masculino que hace más frecuentes estos episodios entre los niños varones que en las niñas.
Si los episodios son muy recurrentes y violentos se recomienda la consulta al pediatra que, dependiendo de la intensidad y la gravedad de las consecuencias de los episodios en el niño podrá recetar un tratamiento.
Los especialistas recomiendan que los niños que presentan terrores nocturnos tengan un espacio antes de dormir en el que reciban amor, diálogo y compañía de sus padres, la lectura de un libro divertido antes de dormir y hablar sobre como ha transcurrido la jornada de forma que el niño se duerma calmado y tranquilo, puede disminuir la intensidad y la frecuencia de estos episodios.
Foto: Flickr
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