En ocasiones, la sola idea de salir en el coche cargados de maletas, flotadores, bicicletas, juguetes, ropas, etc.… nos produce un agotamiento que nos lleva a tener tentaciones de abortar el viaje y quedarnos en casa.
Todo está en orden y cada uno tiene su espacio, eso sin contar con el viaje, que supone un arduo ejercicio de paciencia si hay que realizarlo con niños pequeños.
Las recomendaciones son llevar únicamente lo que vamos a necesitar ¿parece fácil verdad?, como los buenos propósitos del año nuevo, verano tras verano nos decimos “este año llevaré lo mínimo” y acabamos saliendo con el coche cargado como si nos estuviéramos trasladando para siempre.
Lo cierto es que es un ejercicio importante pero hay que pensar que la mayor parte del tiempo los niños permanecerán con poca ropa por lo que no es necesario trasladar todo el armario den nuestros hijos al lugar de destino.
Además en todos los lugares de destino existen tiendas que nos pueden proveer, sin mucha diferencia de precios, de cualquier necesidad que pueda surgirnos y, de todas formas vamos a gastar dinero, así que da lo mismo trasladar tres paquetes de pañales que comprarlos en el lugar de destino y utilizar después los que hemos dejado en casa.
En cuanto al viaje, bueno… paciencia, los niños se aburren eso es una realidad y es normal, su energía es inagotable y permanecer quietos y sentados mirando la carretera durante 4 o 5 horas puede ser desesperante para los más pequeños.
Opciones como preparar un buen número de cuentos en CD o películas que puedan ver durante el viaje puede minimizar su aburrimiento, aunque la mejor recomendación sin duda es viajar de noche, los niños dormirán todo el viaje y se llegará a destino sin el estrés y la tensión que supone escuchar cada 5 minutos el clásico “¿cuándo llegamos?” o “ me hago pis”.
Un poco de organización, paciencia y… a disfrutar.
Foto: Google
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