Las agendas apretadas dificultan la posibilidad de tener una dieta sana. Quizá no tengas el tiempo necesario para ir a una tienda y prepararte una comida casera todas las noches. La solución es planificar tus comidas para cuando vayas a estar ocupado y tener una comida o bocadillo sano a la mano para que las opciones no sanas sean menos tentadores. Unos pocos cambios en tu rutina y unos cuantos consejos te ayudarán a mantener una alimentación saludable.
editarPasos
editarComer sano cuando estás apurado
- Lee todo el menú en los restaurantes. Incluso con las mejores intenciones, comer en los restaurantes de comida rápida o en las tiendas quizá sea tu única opción. Sin embargo, leer todo el menú o caminar por toda la tienda puede ayudarte a hacerte una buena idea de las opciones saludables que hay.
- Revisa los menús en línea antes de escoger un restaurante y asegúrate de tener algunas opciones saludables. Si no, puedes familiarizarte con el menú de tus restaurantes de comida rápida favoritos. Busca unos cuantos ingredientes acorde a tu plan de alimentación saludable y limítate a ellos.
- Revisa la información nutricional de diferentes alimentos. En algunos países, los restaurantes con más de 20 locales tienen la obligación de colgar la información nutricional de sus alimentos en línea y en la tienda.[1] Busca opciones que entren en tus pautas de calorías o demás requerimientos nutricionales.
- Evita los combos. Es aquí donde las calorías pueden ser altísimas en los restaurantes de comida rápida. Limítate solo a un sándwich o wrap pequeño, si es posible.
- Evita las frituras, si puedes. La mayoría de las cadenas de comida rápida tienen versiones a la parrilla de diversos sándwiches, wraps, entre otros. Opta por lo asado y no lo frito si quieres una comida baja en grasa.[2]
- Escoge restaurantes que tengan opciones más sanas. Los típicos restaurantes de comida rápida no son la única opción rápida. Muchos sirven sopas, ensaladas, sándwiches de bajas calorías y demás opciones no tan procesadas, bajas en calorías y un poco más saludables.
- Prueba usar una aplicación en tu Smartphone o hacer una rápida búsqueda por Internet para que conozcas las opciones que hay en tu ubicación actual. Busca algo que no sea el típico lugar de frituras y hamburguesas.
- Recuerda que si bien algunos restaurantes ofrecen ensaladas frescas y sándwiches, estos no son necesariamente bajos en calorías. Te lo reiteramos: es importante que primero revises el menú y la información nutricional en Internet.
- Ve al supermercado. Si tienes hambre y no tienes tiempo de cocinar, ve a un supermercado para comprar una comida sana y rápida. La mayoría de los supermercados tiene una diversidad de opciones que encajará con tu agenda.
- ¿No tienes nada de tiempo? Escoge algo de una barra de ensaladas o una barra de comidas calientes. Escoge proteínas magras, vegetales, frutas y granos integrales. Procura evitar cosas altas en grasa (como el queso) o fritas (como el pollo frito).
- Muchas tiendas también ofrecen comidas precocinadas y ensaladas frías ya empacadas (como las ensaladas de atún o de pollo). Ten cuidado con el contenido graso y calórico, pero un tazón pequeño de ensalada de pollo con una fruta es una gran comida rápida.
- Compra alimentos de las tiendas. No todas tus comidas tienen que ser 100 % caseras o hechas desde cero. Algunas tiendas siguen siendo moderadamente sanas además de rápidas. Sorprendentemente, las gasolineras a veces tienen comida más sana que los establecimientos de comida rápida.
- Las tiendas sanas pueden ofrecer: cenas congeladas de bajas calorías (pero ten cuidado con el contenido de sodio), sopas enlatadas de bajas calorías (también cuidado con el contenido de sodio), paquetes individuales de nueces o “paquetes proteicos” (muchas tiendas venden paquetes pequeños de alimentos proteicos magros como nueces, quesos, huevos duros o charcutería además de una fruta o verdura).
- Los alimentos de las tiendas que debes evitar son: comidas congeladas altas en grasa o calorías (como la pizza y los nuggets de pollo), los alimentos congelados de las barras de comida caliente de las tiendas o supermercados, pastas enlatadas, carnes procesadas (como las salchichas) y los sándwiches ya empacados.
- Consume los alimentos de las tiendas con atención y moderación. Muchas veces lo que hace prácticos a estos alimentos es su procesamiento extra. A veces no afecta el valor nutricional tanto, pero otras veces sí. Sé cauto y usa tu mejor juicio.
editarPreparar comidas sanas y rápidas
- Prepara tus frutas y vegetales con tiempo. Lavar, picar y preparar los vegetales y las frutas es a veces la parte más larga y tediosa a la hora de cocinar. Para reducir el tiempo de preparación, haz todo esto con antelación.
- Si puedes, empieza preparando tus frutas y vegetales apenas llegues a casa del supermercado. Ten todo en la encimera y trabaja con la mayor cantidad posible.
- Lava todo, sécalo y guárdalo en recipientes adecuados o en el refrigerador. Si tienes pensado usar los alimentos enteros, no tienes que continuar con cualquier otra preparación.
- Para los vegetales cocinados, córtalos o pícalos y guárdalos en bolsas plásticas herméticas. Cuando sea hora de cocinarlos, ¡solo échalos en una cacerola u olla y a cocinar!
- Puedes usar un procesador de alimentos para picar frutas y vegetales de una manera súper rápida.
- Si vas a usar frutas y vegetales como parte de tus almuerzos o bocadillos, raciona los que vas a comer y guárdalo hasta que estés listo para consumirlo.
- Prepara comidas completas con antelación. Tener algunas comidas completamente preparadas y listas para comer puede ser práctico con una agenda ocupada. La clave para el éxito es estar preparado. Tener comidas saludables listas puede ayudarte a tomar decisiones más sanas. No todas las comidas tienen que ser así, pero son excelentes en una emergencia.
- Planifica tus desayunos para tomarlos sobre la marcha. Algunos alimentos y comidas son fáciles de comer camino al trabajo en auto, bicicleta o tren. Ten alimentos como los siguientes disponibles: barras de proteína o granola, batidos preparados o huevos duros.
- También puedes tratar de hacer el desayuno los fines de semana. Por ejemplo, haz unos cuantos huevos revueltos, queso, ponlos en sándwiches, envuélvelos y ponlos en el refrigerador. Lo único que necesitarás es calentarlos en el microondas.
- También puedes hacer almuerzos y cenas con antelación. Arma ensaladas con lechuga, vegetales, proteínas magras y tus demás ingredientes favoritos y guárdalos en recipientes herméticos. Solo añádeles un aliño cuando estés listo para comerlas. Los guisos son otro tipo de platillo que puede hacerse tranquilamente con anticipación y solo tiene que calentarse cuando estés listo para comerlo.
- Compra una olla de cocción lenta. Las ollas de cocción lenta pueden ser el mejor amigo de una persona ocupada. Preparan una comida todo el día y cuando uno llega a casa, lo recibe una comida lista y caliente.
- Algunas ollas de cocción lenta son relativamente económicas (oscilan entre los USD$ 20 a 220). Escoge una que tenga una buena forma, tamaño y con las opciones que necesites.[3]
- Las ollas de cocción lenta también son excelentes para hacer porciones grandes. Pueden ser buenas para guardar las sobras, los almuerzos o para congelar lo que quede para otra oportunidad.
- Duplica tus recetas. Si tienes una o dos noches libres para cocinar, considera la posibilidad de duplicar tus recetas. Tener comida extra para el almuerzo o la cena para el día siguiente es útil. No tendrás que preocuparte por ir al supermercado ni por cocinar, ¡pues ya tendrás un platillo hecho!
- Si no te gusta comer la comida que sobra o quieres otro platillo, prueba duplicar solo parte de la receta. Por ejemplo, si vas a hacer fajitas de pollo, prepara más pollo (con o sin condimentos) para usarlo con otro platillo (como ensalada césar con pollo a la parrilla o arroz integral con pollo y brócoli).
- Puede ser recomendable duplicar las recetas aunque no creas necesitar comida extra en el futuro cercano. Raciona y congela las recetas duplicadas para los días en que tengas un gran apuro. Estarás contento de tener una comida completa que necesite solo calentarse.
- Prepara y guarda bocadillos saludables. Tener a la mano bocadillos preparados para cuando necesites algo de urgencia es una idea inteligente cuando se está ocupado. Pueden evitar que caigas en la tentación de la comida rápida o de la tienda que no es saludable.
- Cada semana tómate el tiempo de preparar bocadillos sanos. Raciona tus comidas y guárdalas en recipientes herméticos en el refrigerador hasta que estés listo para comer.
- Algunos bocadillos sanos que puedes preparar con tiempo son: zanahorias con humus, manzana y bastones de queso, apio y mantequilla de maní o una porción de yogur griego con fruta.
- Si es más difícil encontrar algo dulce o no saludable, es menos probable que optes por eso si estás apurado.
editarPlanificar comidas rápidas
- Anota qué comidas vas a hacer para la semana con anticipación. Seguir un plan alimenticio para cada semana puede hacer que alimentarse saludablemente sea mucho más fácil. Dedica parte de tu tiempo libre a redactar un plan de comidas y a anotar la lista respectiva de insumos que necesites para cada semana.
- Toma en cuenta cuánto tiempo tienes cada semana o noche de la semana para preparar tus alimentos. Esto puede cambiar lo que escojas incluir en tu plan de comidas o compras en el supermercado.
- Planifica las noches en que estés muy ocupado. Por ejemplo, imagina que tienes que ir al gimnasio justo después del trabajo o que tienes una reunión larga que hará que te quedes hasta tarde en el trabajo. Prueba programar comidas rápidas con tiempo o comidas que requieran poca cocción o ninguna para esas noches donde vas a estar más ocupado de lo normal.
- Abastece tu cocina. Una cocina bien abastecida es esencial para hacer comidas sanas y rápidas. Entre menos tiempo pases yendo y volviendo del supermercado buscando los ingredientes, mejor.
- Haz una lista completa y ve al supermercado antes de que te dé hambre. Los estudios han demostrado que así uno se limita a comprar los insumos de la lista y deja las cosas tentadoras en la tienda en vez de ponerlas en el carrito.[4]
- Ten siempre frutas y verduras a la mano. Las versiones congeladas, frescas o enlatadas son aceptables. Considera también lavar o preparar con antelación, por ejemplo, la lechuga o el brócoli en bolsa para minimizar el tiempo de preparación.
- Los alimentos básicos también ayudan a hacer una comida rápida. Ten a la mano cosas como: frijoles enlatados, granos integrales (arroz integral, quínoa o pasta de trigo 100 % integral), aliños, salsas y nueces o mantequillas de nueces. También considera la posibilidad de comprar granos precocidos como arroz integral o quínoa.
- Los alimentos proteicos rápidos son, por ejemplo, carnes congeladas (de pollo o pescado), proteínas precocidas (como charcutería o tiras de pollo a la parrilla) y atún o pollo enlatado. Estos son excelentes para tenerlos siempre a la mano.
- Recuerda que pueden haber cambios inesperados en tu horario. ¡Recuerda que incluso el mejor planeamiento no elimina las sorpresas! Quizá no siempre tengas el tiempo de cocinar o comprar comida.
- Una cocina bien abastecida puede ayudarte a preparar rápidamente una comida sana en un santiamén: vegetales congelados, tiras de pechuga de pollo precocido, arroz integral precocido o una ensalada de atún casera sobre un wrap de trigo integral y una ensalada pequeña de guarnición.
- Ten bocadillos rápidos como granola, nueces, manzanas o barras proteicas en tu bolso o cartera. Si necesitas un bocadillo rápido cuando estés atascado en el tráfico o te demores en el trabajo, tendrás una opción sana para aguantar hasta tu siguiente comida.
- Abastece tu oficina con bocadillos saludables, como nueces, galletas de grano integral y fruta de buena duración (como manzanas o naranjas). Si tienes refrigerador, ten yogures, queso cottage o comidas congeladas de bajas calorías a la mano.
editarReferencias
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Source: Wiki News
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