Cómo enfrentar a alguien que te profiere insultos racistas

Recibir un insulto racista puede ser una experiencia dolorosa. Se puede sentir rabia, tristeza y una cantidad de sentimientos negativos. Aquí te sugerimos cómo enfrentarlo.

editarPasos

1. Primero, respira hondo. Un insulto racista, igual que uno relativo a la orientación sexual, tiene como propósito causar daño psicológico. El ofensor trata de hacerle sentir al agredido que es un ser humano inferior. En primer lugar, es necesario mantener el control de uno mismo ya que no se puede controlar al agresor.
   
2. Evalúa la situación. Un insulto racista es similar a uno de género en el sentido de que puede ser un mero estallido o quizás un preludio para un ataque o para nuevos intentos de causar humillación.
   
3. Si es tan solo un estallido, puedes optar por ignorarlo o puedes reportarlo ante una autoridad (quien puede que haga algo o no haga nada al respecto). También puedes devolver el insulto, pero sé consciente de que este camino desencadenará una pelea. No permitas que una reacción a un comentario ignorante altere tu vida.
   
4. Si es un preludio para un ataque, ten bien claro que, al igual que un violador, un racista violento quiere ir más allá de la intimidación verbal ya que su objetivo es humillarte para socavar tu autoestima usando su retorcido e irracional sentido de autovaloración. Estás tratando con una persona que está fuera de sí. Activa tu instinto de supervivencia.
   
5. Haz todo lo que sea necesario para sobrevivir el ataque; incluso aléjate. Si no tienes la opción de irte, entonces mantén firme tu posición y trata de contestar el ataque. Hazle ver que no te puede quebrar fácilmente haga lo que haga.
   
6. Si solo se trata de insultar y de tratar de provocarte para que respondas al ataque, no le des el gusto. Sólo repórtalo o dile que es un tonto. Cuando la gente insulta, lo que quiere es que los sientan como una amenaza. Reírse de ellos y tratarlos como idiotas les arruina todo el plan.
   

editarConsejos

• Los insultos racistas son normalmente una reacción a algo en lo que tú no tienes injerencia; por ejemplo, los intentos del gobierno por “integrar”. Recuérdalo cuando estés por responder.
• Recuerda que la gente blanca también es víctima de odio racial igual que las personas de otros orígenes étnicos. Si eres blanco o perteneces a cualquier grupo étnico y te insultan por eso, defiende tus derechos, reporta el incidente y asegúrate de que se persiga al agresor.

editarAdvertencias

• Ten claro que la mayoría de los insultos raciales no pretenden ser agresiones. Responder con una agresión sólo puede provocar una situación potencialmente violenta y reafirmar la ignorancia y visión estereotipada de los agresores verbales.

editarAnálisis psicosocial

Aunque se etiquete con nombres racistas a alguna persona supuestamente sin intención de agredir, igual duele.

Pero hay un antecedente que toda víctima necesita comprender para protegerse y que tiene que ver con el concepto de aceptación social. Imagina que mientras creces ves a gente de otra raza que vive en las mejores casas, maneja los mejores autos, viste la mejor ropa. Y tú estás excluido por tu origen racial. Años más tarde, cuando un extraño cualquiera se presenta y profiere un insulto racista, no importa si es un desgreñado o si vive en la calle; en tu mente ese insulto racista simboliza la exclusión y el dolor que sentiste en aquellos años. Es un golpe bajo; hiere.

Aunque los eventos no tengan conexión directa, tu cerebro la establece ya que está condicionado.

Ahora, tienes dos opciones:

1) Ignorar pasivamente a la persona y alejarte.

2) Reaccionar y embarcarte en una disputa verbal que posiblemente derivará en un altercado físico.

Ninguna de estas opciones es particularmente buena.

La primera opción te hiere y perpetúa el daño en tu autoestima. Claro que si de verdad lo ignoras, entonces no te daña; pero es muy difícil.

La segunda opción es riesgosa y requiere tiempo y energía. Sólo embárcate en esta opción si estás seguro de poder conseguir ayuda y apoyo de los transeúntes o de las autoridades. Tienes que asegurarte de que efectivamente puedes neutralizar la amenaza. Recuerda que la agresión puede llevar a más insultos y a un trato denigrante en lugar de la violencia física. Es mejor que te desahogues y respondas a la agresión que llevarla a casa y desquitarte con los que amas. Recuerda que tu objetivo es prevalecer sobre tu atacante y mostrarle que es más débil que tú. Y no hay persona más tonta ni más débil que la que tiene que recurrir a insultar a un extraño para sentirse a gusto consigo misma.

Es mejor respirar hondo y usar un enfoque graduado de agresión. Trata de usar la alternativa de la baja agresión cada vez que sea posible para minimizar la violencia.

Agresión baja.
“Mira, me parece pésimo tu comentario”.
“¡Eso es muy ofensivo!”

Agresión media.
<Ríete sarcásticamente> “Qué raro. ¿Se te ocurrió a ti solito esa tontería? Debes haberte pasado toda la noche ideándola ¡idiota!”

Agresión alta.
<Ríete> “Qué raro hijo. Tu mamá me encontró fantástico anoche”.

Memoriza algunas líneas ahora. Practica frente a un espejo para controlar el nivel de la amenaza, así te vendrá a la mente sin tener que pensar mucho. Por favor, comprende que esta situación se repetirá ya que lo que te hizo un buen objetivo para el insulto permanecerá invariable. Entonces mientras más preparado estés para el próximo episodio, mejor lo manejarás. Diseña un plan ahora y cúmplelo.

Recuerda que se trata de dominación y agresión. Si no quieres sentirte mal, tienes que ser agresivo. Si puedes proteger tu autoestima mediante la meditación, entonces usa la opción 1. Si no es el caso, cuando seas objeto de un insulto racial, debes ser capaz de responder inmediatamente.

Recuerda que estas personas SON tontas y bravuconas y debes tratarlas y recordarlas como tal. Si te logran herir, comunícalo y busca todo el apoyo posible. Nadie te va a condecorar por sufrir en silencio.

editarInsultos indirectos o sutiles

El insulto más sutil es quizás más penetrante. El agresor tiene un mínimo de “clase” o “inteligencia” y puede decir algo aparentemente indirecto contra ti como por ejemplo: “No puedo creer la gente que están dejando entrar ahora” o “Las autoridades de inmigración han arruinado este país”.

No te engañes. Esta es una trampa con anzuelo. Si respondes con fuerza, vas a perder ya que pueden alegar que estás exagerando, lo que solo comprueba su superioridad racial y pueden desentenderse de toda responsabilidad por sus comentarios. Después de todo, nadie te hablaba a ti ¿cierto?

En este caso, la mejor respuesta es no caer en la trampa. Mueve tu cabeza, míralos con lástima y ríete si es que te pueden ver. Nuevamente, se trata de un asunto de agresión y dominación. Una vez que puedas poner de manifiesto su racismo encubierto, entonces los podrás acusar.

Source: Wiki News